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Quién es quién en la RED MEDUSA. Entrevista a José Solaz de IBV
José Solaz es Doctor Ingeniero Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia. Ocupa el cargo de Director de Innovación en Movilidad y Smart Cities en el Instituto de Biomecánica de Valencia desde el año 2007. Actualmente lidera la red MEDUSA (Red tecnológica de ingeniería aplicada al desarrollo de soluciones inteligentes para conducción autónoma centrada en la persona) y ha participado en varios proyectos Nacionales y Europeos relacionados con vehículo autónomo, como, SUaaVE (https://www.suaave.eu/), siendo, actualmente el coordinador del proyecto europeo BERTHA (https://berthaproject.eu/).
- ¿Qué son para ti los sistemas inteligentes del transporte y qué impacto tienen sobre la sociedad?
Los sistemas ITS (cámaras, radares y demás dispositivos instalados en las carreteras y ciudades) son los ojos y oídos de la infraestructura. A pesar de que muchos de ellos son prácticamente invisibles para los ciudadanos, permiten que el tráfico sea más eficiente, mejoran la seguridad vial, facilitan la reducción de emisiones, mejoran la gestión de emergencias y, por supuesto, facilitan la integración de diferentes medios de transporte lo cual redunda en una mejor experiencia de los usuarios.
Además de estas mejoras, el mayor impacto puede ser favorecer un cambio de hábitos, favoreciendo el uso de transporte público o más sostenible.
- ¿Cómo fortalecemos desde IBV la Red Medusa?
La Red MEDUSA está formada por cuatro Centros Tecnológicos, CTIC, IBV, IKERLAN y TECNALIA, que reúnen una gran capacidad científico tecnológica. El rol de IBV en la Red tiene dos partes, por un lado, la coordinación científico-técnica y de organización de la red (comprende las áreas técnicas, administrativas y financieras), lo que supone un reto y un importante trabajo que favorecerá futuras alianzas y proyectos de mayor calado.
Por otro lado, el IBV realiza una significativa contribución técnica en el desarrollo de modelos de comportamiento para conductores y ocupantes en vehículos autónomos. En vehículos parcialmente autónomos, el trabajo de IBV enfocará en variables clave del conductor para diseñar sistemas de conducción autónoma más predecibles y seguros. En vehículos altamente automatizados, se considerarán los estados físico, emocional y cognitivo de los ocupantes para adaptar el entorno de la cabina y mejorar la interacción. El trabajo a desarrollar por IBV incluye el desarrollo algoritmos orientados a sensores no invasivos (como RGB, NIR y radar) para monitorizar variables físicas y fisiológicas, así como inferir el estado de los ocupantes.
- ¿Por qué es importante estar dentro de este programa?
La cooperación entre los cuatro centros de investigación que participan en la red MEDUSA es fundamental por diversas razones. En primer lugar, permite combinar recursos, conocimiento y habilidades, lo que puede llevar a resultados más innovadores y eficientes, especialmente en proyectos que requieren equipamiento costoso o conocimientos especializados dado que cada uno de los centros contribuye con medios diferenciados.
Esta unión de capacidades permite que los resultados se traduzcan en aplicaciones prácticas más efectivas, beneficiando a la sociedad en su conjunto. Además, fomenta la creación de redes de conocimiento que perduran en el tiempo, facilitando la comunicación entre investigadores.
Por último, estos proyectos están aumentando la visibilidad de los centros de investigación, mejorando su reputación y generando alianzas para la participación conjunta en proyectos Horizonte Europa y de los próximos programas marco.
- ¿Cómo contribuimos desde IBV al desarrollo de estas soluciones inteligentes para la conducción autónoma?
La participación de IBV en MEDUSA se basa en una propuesta de mejora de la aceptación de los vehículos autónomos junto con la tecnología necesaria para su despliegue siguiendo un diseño centrado en el pasajero, basado en los principios de Human-driven Design (HDD). La metodología HDD es especialmente necesaria al diseñar tecnologías emergentes y su interacción y se caracteriza por adoptar una visión humana y social de los usuarios de tecnología como individuos y miembros de grupos sociales. Todo ello se debe de hacer teniendo en cuenta la capacidad de inclusión de la conducción autónoma, que permitirá incorporar a la movilidad individual a parte de la población como personas mayores, con discapacidad e incluso niños que hasta ahora estaban excluidos.
El enfoque centrado en el pasajero de MEDUSA tiene como objetivo no sólo contribuir al reto de conseguir la aceptación de las soluciones tecnológicas desarrolladas, sino ayudar a afrontar los retos dónde el avance en factores humanos cobra especial relevancia, en concreto aquellos relacionados con la interacción persona-máquina, que junto con la aceptación, han sido identificados en la agenda estratégica de investigación e innovación de la CCAM (Connected, Cooperative & Automated Mobility Partnership), de la IBV forma parte.
Publicado el 13 de diciembre de 2024
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